domingo, 23 de noviembre de 2008

MARTIN GALEANO DE OLARTE



EL FUNDADOR





MARTIN GALEANO DE OLARTE

Preambulo


PERFILES DEL FUNDADOR MARTIN GALEANO

Su nacimiento fue en valencia (España), el 12 de Noviembre de 1505, hijo de Juan Miguel y Maria Cruz (de origen Genovès en Italia); su niñez fue normal al molde de la época, hasta los 18 años, esto en 1523 es cuando se enlista en el ejército como soldado de acaballo bajo el mando de la corona española cuyos gobernantes eran Carlos V de Alemania y I de España, junto al Papa Pablo III en Roma. Estuvo 1 año en el saqueo a Roma en 1524.

FISONOMIA

Era un hombre de mediana estatura; su piel morena, robusto y fuerte, su rostro presentaba ojos castaños, cabello negro, medianamente churco, nariz aguileña se anchos orificios, abundante barba y barbilla pequeña y prominente.

PERFIL PSICOLÒGICO

Impulsivo, agresivo, posesivo, dominante, desconfiado que lo lleva a ser precavido, propenso a la tiranía, opresor y cruel, duro e inflexible, era un buen componedor (solucionaba pleitos entre españoles).
Fue casado con una viuda llamada Isabel Juan de rollo nacido en Valencia, España, viuda del capitán Ortùn Rollo: cuyo matrimonio dejó dos hijas. Luego de estar al mando de la colonia Española por varios años se encaminó en el nuevo mundo (América); en una expedición comandada por Pedro Fernández de Lugo en 1536; llegando a las Costas Caribeñas exactamente a Santa Marta ya habiendo sido fundadas las ciudades de Cartagena y Barranquilla; después de tan arduo viaje de España que duró 80 días (3 meses).
Salieron de Santa Marta al interior, 800 hombres, quedándose en la ciudad el comandante de la expedición Pedro Fernández de Lugo, cuyo motivo era la edad.
La expedición continuó al mando de Gonzalo Jiménez de Quezada y Juan de San Martín; 600 hombres fueron de Santa Marta a Santiago de Sampayòn por tierra; situada a la rivera del río Magdalena, aquí iba Martín Galeano.

Otros 200 hombres fueron por mar a la desembocadura del río Magdalena en Bocas de Ceniza (Barranquilla), en donde se embarcaron río arriba en botes con remos; cuya fecha se registra el 6 de Abril de 1536.

El grupo comandado por Gonzalo Jiménez de Quezada continuó por la ribera del Magdalena hasta llegar a Barranca (hoy día) donde esperaron por 2 meses a los otros 200 hombres que venían por el río, pero estos no llegaron; tuvieron la necesidad de volver río abajo al ser consumidos por el hambre, enfermedades y los ataques indígenas, muchos murieron.

Teniendo el mismo problema los que venían por tierra en caballos, a pie y con perros galgos (cacería), continuaron hasta llegar a la desembocadura al Magdalena al río Opón; siguiendo este río y desviando llegaron a la ruta por la cordillera occidental hasta llegar al río Sarabita (Suárez), por La Aguada, La Paz hoy en día; siguiendo el Suárez por Puente Real(Puente Nacional), siguiendo por la ruta que hoy lleva y desemboca a la planicie Cundinamarqués hasta llegar al sitio donde fue fundada Santa Fe de Bogotá por Gonzalo Jiménez de Quezada .

Llegaron un total de 178 hombres de los 600 que venían por tierra de Santa Marta, entre ellos Martín Galeano, un primo y su hermano; el resto murieron consumidos por el hambre, las enfermedades y ataques indígenas. Allí Martín estuvo en la Conquista de los indígenas Chichas, de las Achaguas que eran los Calimas, Muiscas, y Quimbayas en donde fue ascendido a Capitán de Armas y de acaballo en 1538.


En la dominación Española a los indígenas lograron el rescate (intercambio de objetos o quitarle el oro y las piedras preciosas a los indígenas). En todo esto Gonzalo Jiménez y Juan de San Martín llevaban dos libros idénticos del inventario general del oro y piedras preciosas obtenidas de los indígenas (libros de repartición). En esto al rey de España le correspondía una quinta parte del botín; a los capitanes 4 partes y a los soldados 2 partes, en esa repartición Martín Galeano aun era soldado y le correspondió 2 partes, un total aproximado de 8 gramos en oro alto.

En 1539 Galeano, ya capitán, tomó 54 hombres, 4 de su confianza y 50 que estaban al mando de Nicolás de Federman quien llegó a Santa Fe por la ruta de Venezuela. Salieron de Santa Fe de Bogotá hacia el norte por la ruta Chiquinquirá, Puente Real, llegando al río Sarabita (Suárez), allí entre Barbosa y Guepsa hoy en día, en la desembocadura de la quebrada Ubasa al río Sarabita en toda su ribera fue fundada Vélez por primera vez el martes 13 de Mayo de1539 por el Capitán Martín Galeano.

En este sitio se construyeron 5 chozas en paredes de bareque (caña de castilla encontrada a las riberas de los ríos o quebradas). Y techos en madera recubiertos con paga y dos entradas, esto para escapar de los ataques indígenas, también se construyó una capilla con las mismas características.

Estos españoles se asentaron por 3meses y medio aquí pero por el clima, y bichos sumado al asedio indígena se trasladó al rincón de Vélez hoy en día; allí se fundó con misa y documentos el domingo 14 de Septiembre de 1539 en donde se construyeron 4 casas en bareque, y techos de madera y paja, mas la iglesia de mayor tamaño pero con las mismas características que la primera vez que se fundó. El nombre de Vélez o Santa Cruz de Vélez fue traído de España inspirado en las poblaciones Vélez Blanco y Vélez Rubio, cerca de Granada donde nació Gonzalo Jiménez fundador de Santa Fe.
Investigaciòn en el archivo de Indias y Juicios de Residencias a Martìn Galeano.
(Biblioteca Nacional y Archivo de la U.I.S-Bucaramanga)

Avellaneda ha venido elaborando, tallando, esculpiendo las biografías de los primeros conquistadores y colonizadores del Nuevo Reino de Granada que vinieron con las expediciones de Nicolás de Federman, Sebastián de Belalcázar, Alonso Luís de Lugo y Jerónimo Lebrón, dedicando un libro a cada una de ellas. Faltaba el relato de la principal de todas: la de Gonzalo Jiménez de Quesada, no sólo la primera por su antigüedad, sino por la importancia de las gentes que la conformaron. Con Quesada llegaron, en efecto, hombres que después se destacarían en el Nuevo Reino de Granada como conquistadores, funcionarios, políticos o simplemente encomenderos. Otros volverían a España con sus riquezas. Esas condiciones de liderazgo fueron percibidas por el gobernador Pedro Fernández de Lugo, el organizador de la hueste, quien nombró capitanes a algunos de ellos. Otros sobresalieron por su riqueza, que les permitió comprar un arcabuz o un caballo, lo cual les daba una incuestionable ventaja. Copiamos una lista que no comprende, como es obvio, todos los 13 arcabuceros ni todos los 33 caballeros que llegaron vivos a Bogotá
Juan de Albarracín, capitán de bergantín.
Juan de Céspedes, capitán.
Gómez del Corral, capitán de bergantín.
Antonio Díaz Cardozo, capitán de bergantín.
Pedro Fernández de Valenzuela, capitán.
Lázaro Fonte, capitán.
Martín Galeano, soldado de a caballo.
Juan del Junco, capitán.
Antonio de Lebrija, tesorero y capitán.
Antón de Olalla, alférez.
Hernán Pérez de Quesada, alguacil mayor.
Juan de San Martín, contador y capitán.
Gonzalo Suárez Rendón, capitán.
Juan Tafur, soldado de a caballo.
Hernán Venegas, soldado de a caballo.
Albarracín viajó con Quesada, Belalcázar y Federman a España en 1539. Parece que nunca volvió. Juan de Céspedes fue alcalde, regidor, teniente general y justicia mayor. Gómez del Corral retornó a España en 1540 y jamás regresó. Antonio Díaz Cardozo fue, con Albarracín, uno de los que encontraron la entrada por el río Opón que formaba parte del "camino de la sal". Pedro Fernández de Valenzuela fue encomendero y murió, siendo sacerdote, en España. Lázaro Fonte opaca su liderazgo con las crueldades y violaciones de niñas que cometió. Martín Galeano fundó a Vélez. Juan del Junco fue militar en Hungría e Italia. Iba con su hueste para Cartagena, pero la audiencia de Santo Domingo lo desvió a Santa Marta. Regresó en 1541 a esta ciudad y se residenció en Santo Domingo. Antonio de Lebrija dio su nombre al río Lebrija. Regresó a España en 1539. Antón de Olalla peleó en Italia y fue alférez de Quesada, regidor, alférez mayor, capitán y alcalde de Santafé. Hernán Pérez de Quesada sucedió a su hermano en el gobierno de Nueva Granada, comandó la expedición a El dorado y fue cruel con los indios. Tenía en su casa veinte y tantos negros esclavos. Juan de San Martín descubrió el río San Jorge antes de ir a Bogotá. Volvió a España en 1539. Gonzalo Suárez Rendón peleó en Alemania, Italia y Hungría, fundó a Tunja, en donde se destacó como encomendero y líder político. Se salvó milagrosamente de morir en el Cabo de la Vela a causa de un rayo que mató a Hernán Pérez de Quesada y a otro hermano de Jiménez de Quesada cuando estaban embarcados. Juan Tafur se abstuvo de pasar la raya que trazó Francisco Pizarro sobre la arena de la isla del Gallo y por eso no estuvo entre "los trece de la fama". Se fue a Panamá y de allí pasó a Santa Marta. En 1576 fue contador del Nuevo Reino y llegó hasta los 80 años. Hernán Venegas fundó a Tocaima en 1544 y después recibió el título de mariscal. Murió de 70 años.
Antes de presentar las 173 biografías de los que llegaron con vida a la sabana de Bogotá, Avellaneda subraya, con razón, que el destino de la expedición de Quesada era descubrir un camino al Mar del Sur para desde allí pasar al Perú. Pero cuando aparecieron los panes de sal y se tuvo noticia de los indios muiscas, la hueste se desvió y cambió de propósito.
Los 173 sobrevivientes que participaron en el reparto del oro y de las esmeraldas eran en su mayoría "rodeleros"; es decir, de bajo nivel social. Sólo figuraron, como ya dijimos, 13 arcabuceros y 33 caballeros que recibieron un porcentaje mayor del tesoro. Trece arcabuceros no llegan a ser el 10% de la tropa, lo que demuestra la escasa participación de las armas de fuego en esta y otras conquistas del siglo XVI en América.
Avellaneda hace, al final del libro, observaciones de conjunto que le dan gran interés y utilidad al relato. Es notable la longevidad de los conquistadores que se quedaron en el Nuevo Reino, lo que demuestra las bondades de su clima. De setenta de cuya muerte se tiene noticia, cuatro sobrepasaron los 80 años y veintitrés, sí, veintitrés, pasaron los 70 años; es decir, en total, ¡el cuarenta por ciento! Regionalmente, hay un predominio de andaluces (31), de castellanos (21) y de extremeños (12), con lo que se sigue la tendencia general. Once eran portugueses. Setenta y cinco por ciento sabían firmar, lo que no quiere decir que todos ellos supieran leer y escribir, pero en todo caso es una alta proporción que quizá le imprimiera carácter a Bogotá y a Tunja, ciudades cultas por excelencia durante la colonia y la república. El 47% de los expedicionarios tuvieron hijos con indias, lo que indica la temprana aparición del mestizaje entre nosotros. Ninguno se casó con ellas.
Ésta es, sin duda, la más acabada de las obras del erudito investigador José Ignacio Avellaneda. Las biografías de los 173 compañeros de Quesada no son monótonas, pues están presentadas en forma novedosa y variada. Además vienen antecedidas y seguidas por interesantes estudios y cuadros de conjunto. Debido a una larga permanencia en los Estados Unidos, el profesor Avellaneda comete, aunque escasas veces, errores de sintaxis, morfología y ortografía que son perfectamente excusables dentro de un trabajo de tanta importancia.
NICOLÁS DEL CASTILLO MATHIEU
Fuente tomada de un artículo bliblioteca Luis Carlos Arango

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